sábado, 1 de mayo de 2010

El casco, parcheo y enmasillado

Como decía, tenía ya el barco bocabajo. Al hacerlo, descubrí una pequeña grieta que no había visto con anterioridad, cercana a la quilla. Además de la más visible de la proa. De paso, he aprovechado y reforzado las partes que apreciaba demasiado blandas.

El proceso es el ya reiterado. Lijado de las zonas dañadas, resina, fibra y resina, nuevo lijado, enmasillado, lijado, repaso con más masilla y lijado.

Cuelgo algunas fotos:
Algunos de los parches me han quedado demasiado sobresalientes, tenía que haber lijado más la superficie antes de pegarlos. Pero la verdad es que el proceso es largo. No quiero pensar cómo era hace unos años sin tantas lijadoras económicas que existen hoy...


Aquí podemos apreciar ya el enmasillado. Está un poco defectuoso y me obliga a tener que repetir más veces de lo necesario el proceso enmasillado-lijado. Poco a poco voy aprendiendo, cogiendo mejor la proporción de la masilla y el cordoncillo de endurecedor y el movimiento de la paleta para dejarlo lo más liso posible, cubriendo las pequeñas grietas y reduciendo el proceso de lijado.
Llegados a este punto, ya me planteaba pintar, pero continuamente veía nuevos arañazos, nuevas irregularidades, otra vez lijar, otra vez más masilla...
Sucede, además, que todo esto es a ratos muertos, robados a la hora de la comida, perdiendo siempre tiempo sacando y guardando el material. El asunto va eternizándose.
Las dudas, pintar a pistola o a rodillo. Las complicaciones de lo primero, pedir la pistola, saber desmontarla y montarla para limpiarla,...Finalmente, releo este blog, en una de sus primeras entradas cuando decía que quería un barco económico para navegar con la familia, no ganar un premio a la restauración...Tomo la decisión: No lijo más, y pintaré a rodillo. Lo veremos en la siguente entrada.
Antes, añadir sólo que aproveché la situación del barco para reforzar el interior de la cubierta.

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